Me salvaste cuando rebelde fui, tu corazón profundo, cálido, fue tan especial nuestro encuentro, me miraste a mis ojos llenos de lágrimas, secaste cada una y en medio de mis heridas, vendaste mis manos y mis pies, pusiste fuerzas en mi espíritu y tu palabra encarnó mi profundidad para volverme una contigo.
Hoy a casi catorce años de haberte conocido, tu encuentro sigue siendo como el día de ayer, cada día puedo sentirme más cerca de tu presencia, tu corazón está en el mío, mi ser se goza, se consuela y se refugia en tu fuerza, tu poder, tu fuego.
Eres y serás el amor de mi vida, sólo tu Jesús, mi Rey, mi todo...
Imagen. No tengo derechos de autor. Bajada de Pinterest. Abrazo de Jesús.


