Un ritmo sin igual,
recorriendo mis venas,
soy un ser espacial,
que se transporta a tus
caricias.
Baja tierra,
serás mi
universo,
reflexiona en mi espalda,
me volveré tu verso.
Eres melodía,
eres mi
dicha,
renovación de mi pensar,
reflexión de mi anhelar.
Si hay algo que anhelo,
eres tu, mi vida, mi amor,
te has vuelto mi alimento,
eres mi todo,
sólo deseo tu calor.
Ámame, sé sólo tu,
mi
gran amante, mi amor.
Un recuerdo sutil entre
la añoranza,
reconoció sigo siendo un poco yo,
a lo mejor la
superficie ha dejado asomarse mi alma,
entre la dicha hay un gran
anhelo, perderme a tu lado.
Quiero caminar en tu
espalda,
refugiarme en tus ojos,
cautivarme en tu caricia.
Si en
algún momento he reflexionado,
es en tu voz, mi alimento, mi
consuelo.
Ahora sólo te
pertenezco,
me inquieto por tenerte sólo mío.
He de esperar un
segundo, un tiempo,
un día quizá, pero ese será el más grato,
si
contigo me encuentro.
Déjame, sé todo mío,
sólo te anhelo, sólo
te espero.
Un día me dijeron unas
palabras, aquellas que tocaron mi corazón, recordé ese beso
profundo, aquel que rosó mi alma, la inquieto, la derritió. Hay una
ardiente tentación, sentir tus manos sobre mis mejillas, besar tus
labios, suspenderme en tu mirada ¡Sabes! ya no lo hagas, no
provoques más este agitado corazón.
Unas cuantas canciones me
hicieron sentirme como ayer, cautiva, soñadora, impulsiva, pero algo
que profundicé es que quiero más, no puedo detenerme, no pretendo
dejarme caer... Eternamente, sólo de ti, sólo tuya.
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