Quítate la ropa y revuélcate en la melodía, en la poesía.
Hoy me encanta la idea de saborearme el mundo, de comérmelo de un golpe, de saber que sigo rimando las palabras al absurdo, de suceder sintiendo he perdido la mente; el suelo es universo, la situación es acción, el producto del cuerpo un verso, la pasión reflejo de una emoción.
¿Cómo amar a un poeta?
Paralizar la boca, suspenderse en lo oscuro, aceptar la derrota, inquietarse magnificado.
Abre mis brazos y deja mi boca, caricias de un rato demora larga, frágil esmero de plenitud, encadéname a la virtud a la multitud; la estancia de revolcarme en el suelo, cristalizando el calor que siento, comiéndome lo azul del cielo, estremeciéndome en tu olvido rotundo, profundo.
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