No hay de quien escribir, dicen mis
pensamientos,
cuando sólo tengo versos para Dios,
no hay en que divagar, dicen mis
anhelos,
cuando sólo Él tiene mi corazón,
no hay que perder, dicen mis pies,
cuando sólo puedo a Él servir,
no hay para que pretender, dice mi yo,
cuando mi vanidad se clavó en Su Cruz.
