Sin querer me sigue inspirando la nada,
me encuentro igual de cursi que ayer que hoy,
no entiendo el ocaso, pero tampoco mi cabeza,
me golpeo a tu brazo, me encanto de lo poco que soy.
Estoy en lo remoto de mi inconciencia,
si es que la tengo o sigo tan inquieta,
que mi ser se desconcierta en tu ausencia,
agotándome el aliento las manos, la boca.
viernes, 23 de julio de 2010
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