Un día amanezco de noche,
otro parezco un sol andante,
el arcoiris no me apetece,
tal vez un beso canela celeste;
otro espacio más de pensar,
diré a mi dicha vez a vagar,
me refugiaré en el amar,
intentaré, volveré a jugar.
¡Hey sí, niña otra vez!
No me he ido, aún la inspiración me tiene vivo...
Somos poetas austeros, absurdos, dementes, pero nos mantiene vivo el encanto de seguir divagando, en nuestro cielo terrenal.
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