Pero luego, pensé en fugarme y ya no realicé nada de nada. Simplemente huí.
Comencé a trillar una gran cantidad de ideas, un vestido que se eleva tras el viento, un par de zapatos de tacón y unas trufas, que antojos los míos, aquellos que aún no han sido saciados; luego pensaba que estarías solo, como yo en este momento, que daría mucho por besar otra vez tus labios, tocar tus manos, sentirte tan cerca.
Sólo se que a pesar de lo mundano, me encanta amarte y se lo nuestro es divino. Te amo.
martes, 5 de abril de 2011
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