Encontré

Después de varios días de pérdida, mi libreta apareció, un compañero me la entregó, la verdad jamás pensé sentirme tan contenta, por recuperar un elemento material, que prácticamente había olvidado; sin embargo, al pasar las hojas y ver la histeria con la que consumo las páginas, encontrar versos regados, pensamientos, temas caóticos. Descubrí un poco mi persona.

Existen ciertas relaciones que aproximan mi cabeza a ejes paralelos, cuando considero me encuentro quieta y luego me desespero, hay un calor mundano que a pesar del viento y la lluvia me estremecen; pienso el porqué respirar desnuda, cautivada a medianoche, solitaria, meditabunda, ermitaña.

En estas noches me he ahogado sola, pero al parecer la Divinidad sigue presente, creo, no dudo nada, ciertas veces lo visceral que soy, sólo se reconoce en mi cabello, eso me causa ironía; entre el caos de espacios y ecos, sólo reflexiono en esas manos que me cautivan, yo misma me vuelvo loca, yo misma me siento cierta.

¡Qué más da! Vuelvo a suspirar... Quieta, quédate. Camina, recuerda. Grita, húndete.
Mañana iré a verte, quizá, tal vez.