Otra vez esa despedida tan forzada, la esperanza es la espera, en realidad quisiera no apartarme nunca, ahora sólo anhelo y sigo cautivada en tu presencia.
Un momento más de reflexión en tu transparencia, comeré tus besos de aire, participaré de esa caricia de viento, a lo mejor recaeré un poco en mi propia introspección, tal vez eso me de un reconocimiento que me ubique y me ayude a saber: ¿Dónde dejé mi cabeza?
lunes, 9 de mayo de 2011
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