Hay días que se siente un delirio constante,
tan patético, pero que consume mis venas.
Hoy pensé en pintarme el cabello, a lo mejor cortármelo como nunca lo he hecho, demasiado corto, no sé volver a maquillarme demasiado y cambiar, simplemente para vivir otro proceso; luego consideré esa salida al DF, demasiado especial en realidad, era una catarsis existencial, entre va y vienes, sólo me quedé impactada por esas idas y bajadas, entre el azúcar baja y una gran cantidad de pasos a distancia, me ubiqué que quería y ¡sabes! quería.
Ahora pienso en no volver, otra vez, sino he de quedarme, sumergirme en un par de cotidianeidades que jamás he vivido, sólo en ese momento, sólo en ese tiempo. A lo mejor, me volví, hoy sólo soy : Espectador.
lunes, 16 de mayo de 2011
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