Estiré un poco mi mano, para alcanzar a sentir, a permanecer, a difuminarme sola, pero luego cierta quietud me acaparó, creo tomé un corazón ajeno o a lo mejor se ha fusionado con el mío.
Lo sabré o ¿no?
No lo sé de cierto, pero supongo, reverenciaré un poco esta falta de cordura, que me conmueve en tu aliento.
miércoles, 18 de mayo de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario