Hay ocasiones que pienso cómo no se me pasaban detalles de vanidad, zapatos del color de la bolsa, de los accesorios, todo combinado totalmente, el peinado acorde a la ocasión, las manos totalmente manicuradas, con esmaltes de acuerdo a la ocasión, los ojos tan maquillados, no sé--- pero en verdad, nunca me dejó nada más que un par de cuestiones mundanas y propuestas de uno que otro 'galán', la verdad , nunca pretendí, nada en especial con nadie en ese tiempo. Afortunadamente, ese el día de hoy me siento orgullosa de mi cabello semipeinado, de mis zapatos y mi ropa cero combinable, de mis uñas sin pintar, de mis ojos con poco make up, en fin, creo tengo lo más importante, una relación verdadera que no tiene Valor de pesos o de zapatos de tacón y clichés, se llama: Cristo.
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