
Hoy fueron lamentables los hechos que en mi vida ocurrieron, el retroceso de la nada de mi existencia, este día me sentí vulnerable en todos los aspectos...
Sólo por contar, desde el amanecer di gracias a la vida, más olvidé las circunstancias que me rodean y me hacen sentir sin oxígeno; fui a visitar a un ángel, pero yo misma lo herí, le di en su punto más leve, le recordé su pasado, abrí su herida nuevamente (esto sucede cuando no estoy tranquila yo misma).
La universidad sólo fue un medio de perder horas, pues no vi ni supe nada importante que pudiera abrir mi sentido cognitivo, lástima, otros momentos que se fueron en saludos, un par de comentarios sobre calificaciones y nada movible que cambiase la rutina; lo diferente fue ver a mi amigo el Padre Manuel, él me recordó la mentada colegiatura que me falta por pagar, en fin ya llegará el milagro.
De mi casa al trabajo, la rutina de siempre, voy con todas las ganas y a media tarde se me aparece lo inombrable, la única persona de la cual no puedo defenderme, por no dar comentarios una sombra pasada; ella fue la que me hizo sentir la miseria humana en la que resido hoy, me siento tan estática, me faltan fuerzas, locura, pasión, a lo mejor únicamente cabeza.
Toda la tarde pensé en el suceso que marcó este DÍA TRISTE, pero también en mi madre quién no se encuentra bien de salud, ya no basta rezar (supuestamente), creo en la existencia de la divinidad, pero sé que no cumple caprichos; sólo quiero un espacio de oxigenar, en este momento aquí fue el medio de poder dejarme llevar por la emoción y la sensación de saber que puede que uno o dos me lean, más este escrito es la no máscara de quien en realidad soy: Paulina.
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