
La maravillosa aventura de ver el amanecer, cuando en tus ojos me encuentro desnuda, siento los labios sedientos al permanecer, junto a la locura estética, multifacética, profunda.
Me apetece saborear colores en tu espalda, al instante que sude mi fulgor apasionado, he de reflejarme en tus manos y tu mirada, pues el cielo lo encontraré a tu lado.
Esa ternura se está derritiendo tras las sábanas, mientras caminas por mi ser estático y dinámico al mismo tiempo, es recíproco lo que nos damos en las caricias, sucesos giran, llenándose, contemplándose, deseando.
Otro renacer, otro domingo más, ver tu ser en el día y en la noche, el brillo está en todo lo que hoy callas, pero en este momento sólo se siente, nada se dice.
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