
La espontaneidad toca mis sentidos,
envolviéndome en el espacio azulado,
veo tus ojos, me alimentan tus labios,
eres cálido, templado, ermitaño y mío;
sabor de mi pasión conjudada,
en el espacio que me estremece,
me siento multifacética y abnegada,
a pertenecerte, a perderme.
Amor de mis días eres mi ocasión,
selecto, intacto, mi mejor renovación,
tu encanto es mi verso en incoporación,
de esa convergencia de fe y dedicación;
para comprometer no sólo hay que rimar,
para engrandecer se requiere entregar,
para divagar el asunto es pensar,
para amar sólo se requiere dar.
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