Si hay algo que se de cierto,
es que supongo mucho,
divago de ratos,
simplemente me emociono;
si la certeza tiene algo de mente,
pienso estoy delirante,
tal vez tenga suerte,
quizá me deleite;
entre las novedades me encuentro,
con el hueco de tu aliento,
al incorporarme a tu espacio,
me gozo, me evado;
entre estos días nublado-soleado,
quiero sentirme presente,
desear tu mirar a mi lado,
tratar de volar sin rozarte.
*PueblaLa cuestión de haber viajado cinco horas y media, para llegar al espacio que me vió crecer, fue una demostración de lo impulsiva que soy, de esa manía que me acapara cuando deseo mucho y hago poco, o simplemente todo lo quiero hacer en un segundo; sin embargo, a pesar de sentirme arrebatada, siento cierta adrenalina cuando lo hago, nunca me despido, sólo me voy, huyo, no quiero saber, quiero sentir, quiero dejarme ser.
No podré separarme de esos conceptos de liberación que tengo, de la conciencia que me acompaña en paz a donde piso, de mis manos ardiendo por escribir, por reflejar, por suspenderse; pero al final de cuentas, no he avanzado en lo desesperada que existo y que permanezco, no puedo quedarme quieta, deseo ser nómada siempre, quizá es porque aún no encuentro un motivo que me suspenda.
Cabe reconocer, que en este espacio de cuatro días de andar de vaga, tratando de resolver el futuro tan incierto y visceral en el cuál, aún no llego, pero parece sigo flotando en él; esos días fueron tan comprometidos a no dejar de pensar ciertos detalles, encuentros, gente que dejé en otros lugares, no hay duda que sigo siendo igual de simple, cursi, arrebata y con un corazón tan enamorado...
He de reconocer que la poeta de nuevo esta cautiva, por eso he vuelto... por eso no quiero dejar de respirar, sólo anhelo suspenderme, no quiero aún irme, no deseo saber que pasará;
sin querer todo esto es un tal vez, un quizá, difuminaré el aire, viviré refugiada en un amor constante.